In a world where angels and demons coexist, what happens when an angel falls in love with a demon? Join us as we explore this forbidden love story.
Que Pasa Si Un Ángel Se Enamora De Un Demonio?
El Diablo, conocido como Lucifer, es el ángel más resplandeciente. Si consideramos que todos los demonios son ángeles caídos, entonces estaríamos hablando de un ángel que se enamora de otro ángel caído. No creo que esto tenga consecuencias. A Dios no le importa lo que hagan los ángeles, las personas, los animales, las plantas, el Diablo ni los demonios. Se trata de libre albedrío, como se dice.
¿Cómo se llama la mezcla de un ángel y un demonio?
Los Nephalem son una raza novedosa surgida de la unión entre ángeles y demonios, siendo un híbrido que combina características de ambos y es más poderoso que ambos por separado. Fueron los primeros habitantes de Santuario y su cantidad aproximada se estima en alrededor de mil individuos contando las primeras generaciones. El proceso de su concepción es desconocido y también son conocidos como los Niños de Santuario.
Cuando los Nephalem empezaron a mostrar su potencial, Inarius los consideró una abominación que debía ser erradicada; sin embargo, Lilith vio en ellos un futuro ejército con el cual conquistar tanto los Altos Cielos como los Infiernos Abrasadores. Esto desencadenó una guerra en la que la mayoría de los Nephalem perecerían.
Utilizando la Piedra del Mundo, Inarius logró atenuar el poder de los Nephalem hasta el nivel de los humanos actuales. No está claro si los Nephalem eran inmortales, aunque se cree que sí. En todo caso, el uso de Inarius resultó en la mortalidad de los humanos.
Los Nephalem ejercen una gran influencia sobre todas las culturas de Santuario. Para algunas, son considerados dioses, mientras que para otras son los primeros reyes. También se sospecha que tuvieron una influencia significativa en la creación del calendario y la determinación de los meses del año.
¿Qué ángel se convierte en demonio?
Etimología
El término “Lucifer”, traducido como “Brillante” o “Portador de la luz”, se cree que cambió a “Satanás” o “Satán” después de que se rebelara contra Dios, aunque este último nombre significa “oponente”, “opositor”, “adversario” (cita requerida). También se menciona la denominación de “Satán” que significa “Asael” (cita requerida). Sin embargo, su nombre más común es “Diablo” (cita requerida).
Relato en la Biblia
En el libro del Génesis, Lucifer se representa como la serpiente que engaña a los seres humanos, instándolos a desobedecer los preceptos establecidos por el Creador con el fin de llegar a ser como dioses.
En el Antiguo Testamento, Satanás estaba presente en la Tierra después de perder su condición de querubín celestial, pero todavía podía regresar al cielo y estar en la presencia de Dios. El libro de Job ilustra estas visitas al cielo y revela la actitud arrogante del Diablo:
“El Señor preguntó a Satanás: ‘¿De dónde vienes?’ Satanás respondió: ‘He estado recorriendo la Tierra…'” (Job 1:7; 2:2).
Posteriormente, el profeta Zacarías muestra que el Diablo está abiertamente en oposición:
“El sumo sacerdote Josué estaba de pie delante del ángel del Señor, y Satanás estaba a su derecha para acusarlo y oponérsele” (Zacarías 3:1).
A medida que fue siendo vencido, el Diablo (Satanás – la Antigua Serpiente-)2 perdió el privilegio de acceder a la presencia de Dios y oponerse y acusar a los seres humanos.
Finalmente, en el Apocalipsis se relata que el sacrificio de Jesús era necesario para confinar definitivamente al Diablo en la Tierra. En el capítulo 12, versículos 11 y 8 dice:
“Ellos lo vencieron mediante la sangre del Cordero. Con su sacrificio en la cruz y su ascensión, cuando fue ‘arrebatado para Dios y su trono’ (Apocalipsis 12:5), Cristo hizo que el Diablo y sus ángeles perdieran toda posibilidad de ‘llegar al cielo hasta la presencia del Señor'”.
En el Capítulo 12, versículos 9 y 11, el libro del Apocalipsis indica que debido al “sacrificio de Cristo y la fidelidad de sus seguidores”, se logró confinar definitivamente al Diablo y a los otros ángeles rebeldes en la Tierra sin posibilidad de retorno: el versículo 8 dice “…no quedó ya lugar en el cielo para ellos”. El arcángel Miguel es reconocido como el Ángel Caído encargado de expulsar a Satanás y a los ángeles rebeldes que le siguieron (Apocalipsis 12:7).
Según el catecismo católico, en el numeral 391, se considera que “el Diablo y los otros demonios fueron creados por Dios con una naturaleza buena, pero se hicieron malos por sí mismos”. El numeral 392 del mismo catecismo afirma que “esta caída consiste en la elección libre de estos espíritus que rechazaron radical e irrevocablemente a Dios y su Reino”. En otras palabras, según los católicos, Lucifer se condenó a sí mismo al elegir voluntariamente el mal, y las decisiones de los ángeles, ya sean buenas o malas, son irrevocables según el numeral 393 del mismo catecismo.
¿Cómo se llama el ángel del diablo?
Dentro del cristianismo, ambos conceptos son identificados con el Diablo (Apocalipsis 12:9). La distinción radica en que Lucifer es el nombre del “Príncipe de los demonios” como ángel antes de su caída, mientras que el nombre “Satán” o Satanás es el que adopta después (pues “Lucifer” significa “portador de luz” en latín, mientras que “Satán” significa “adversario” en hebreo).
¿Qué significa un ángel y un diablo?
Antes de adentrarnos en este tema, es importante plantear la cuestión de qué es un ángel caído: ¿es un ángel o un demonio? Según la definición proporcionada por la Real Academia Española (RAE), podemos establecer la siguiente diferenciación.
El término “ángel” proviene del latín tardío “angĕlus” y se deriva del griego “ἄγγελος” (ángelos), que significa “mensajero”. La primera acepción del diccionario establece que un ángel es “un espíritu celestial creado por Dios para su ministerio” y, en la tercera acepción, se utiliza para referirse a personas con cualidades como la bondad, la belleza y la inocencia.
Por otro lado, “demonio” también proviene del latín tardío “daemonĭum”, que a su vez deriva del griego bizantino “δαιμόνιον” (daimónion). Este término se relaciona directamente con el sustantivo “diablo”, que se define, en la primera acepción, como un “ángel rebelado” y, en la segunda, como el “príncipe de los ángeles rebelados”, refiriéndose a “El Diablo”.
A partir de estas definiciones, se puede establecer una dualidad. Por un lado, los ángeles representan el bien o cualidades positivas, y por otro lado, los demonios están relacionados con el mal o cualidades negativas. Sin embargo, lo que nos ha llamado la atención es que al realizar una búsqueda simple en la RAE sobre los términos anteriores, se sugiere otro término relacionado: “ángel caído”.